Perú es el resultado de esa mezcla de biodiversidad y
multiculturalidad que se remonta a la llegada de los europeos a tierras
americanas, y quizás hasta mucho antes.
La uva llega a Perú
La historia del pisco se remonta a la llegada de los
conquistadores españoles, en 1532, a tierras dominadas por los incas. Sedientos
de codicia, los invasores vinieron en busca de “El Dorado”, lugar mítico donde
abundaba, el oro no sin enfrentar miserias, pelear batallas sangrientas y
esquivar flechazos y garrotazos. En éste proceso, los colonizadores trajeron
productos de Europa que les hicieron la vida más familiar, entre estos: el
ganado, el aceite de oliva y la vid.
Una vez fundada Lima, en 1535, se construyeron las primera
iglesias de la nueva colonia. Estas requerían de vino consagrado para los
servicios religiosos, además de cimentar la evangelización. El vino que
trajeron los conquistadores era escaso y atesorado con celo como para dárselo
todo a la santa iglesia, es por esta razón que se empezó a cultivar viñedos en
las tierras conquistadas.
Los historiadores coinciden en que las primeras uvas las trajo
el Marqués Francisco de Caravantes en 1553, muy probablemente de las islas
Canarias, en el Océano Atlántico frente a las costas noroccidentales del
África. No obstante, existe un acalorado debate sobre dónde se originó la
producción del vino en Perú, pero queda claro que en 1563 se inició el cultivo
de viñedos en las soleadas tierras del valle de Ica, con la intención de
producir sus propios vinos. Con los años, la adaptación de la vid al clima
local y la experimentación en la elaboración del vino, dieron como resultado que el Virreinato del Perú se
convirtiera en el principal productor vitivinícola de todo el continente durante
los siglos XVI y XVII.
Origen del pisco
No queda claro dónde fue el primer lugar en que se produjo
aguardiente de uva en Perú, pero en 1572, Álvaro De Ponce fundó el pueblo Santa
María Magdalena en el valle de Pisco, que con el paso del tiempo se llamaría
simplemente Pisco y ser el lugar más importante para la comercialización y
exportación de aquel aguardiente que llevaría su nombre.
No obstante, el origen de la palabra “pisco” viene del quechua.
El cronista español Pedro Cieza de León narra en su Crónica General del Perú
que un siglo antes de la llegada de las primeras cepas a tierras sudamericanas,
Chuquimanco, cacique prehispánico y señor de las tierras al sur de Lima,
llamaba pishqus a las aves que veía volar durante los atardeceres frente al
mar. “Pisco es nombre de pájaros”, concluía el cronista.
Según el historiador peruano Lorenzo Huertas la producción de
aguardiente se inició a fines del siglo XVI, una vez destilado los mostos de la
uva y convertido en aguardiente, éste se almacenaba en tinajas de arcillas
llamadas “pisco”. Johnny Schuler propietario de La Caravedo que produce el
recientemente premiado pisco Portón dice: “entonces se hablaba de 20 piscos de
aguardiente o 100 piscos de aguardiente,
(usar cursiva) que, a la larga, fueron llamados simplemente pisco”. De otro
lado, Francisco de Caravantes (probablemente hijo del marqués), habría sido el
primero en identificar el aguardiente con el pueblo de Pisco. En un documento
de 1630 dice, “el valle de Pisco, sigue siendo el más abundante de excelentes
vinos de todo el Perú. Desde allí uno que compite con nuestro Jerez, el llamado
‘aguardiente Pisco’, por extraerse de la uva pequeña, es uno de los licores más
exquisitos que se bebe en el mundo.”, entonces esto demuestra que el pisco
gustó a muchos desde sus orígenes.
Expansión del pisco
La historia del pisco está plagada de triunfos, excesos y
caídas. En pocas décadas el pisco se
convirtió en el licor preferido por las multitudes, además de ser un elemento
valioso de intercambio. Alrededor de 1580
Sir Francis Drake, el famoso navegante y explorador inglés que también
traficó esclavos en el nombre de Su Majestad, incursionó en el puerto de Pisco
y pidió un rescate por los prisioneros que tomó, los pobladores completaron el rescate
pagándole con 300 botijas de pisco.
La producción local de vino y pisco llegó a niveles de gran
escala gracias a los jesuitas que lo producían en Lima, Arequipa, Cusco,
Ayacucho y Potosí en el Alto Perú (Bolivia actual). Para el siglo XVII, la
comercialización de vino y pisco se expandió con rapidez y fue llevado más allá
de los límites del imperio español comercialización que se realizaba por el
puerto de Pisco.
La Corona española quiso prohibir la producción y el comercio de
pisco y vinos en el Perú, pero eso no impidió el desarrollo de una intensa
actividad vitivinícola, principalmente en el corregimiento de Ica, que generó
un importante movimiento marítimo en la costa del Océano Pacífico durante los
siglos XVII y XVIII. Paradójicamente desde 1670, los valles de Ica y Pisco
produjeron principalmente aguardiente de uva en “botijas de Pisco”. El
investigador argentino Pablo Lacoste refiere que hacia 1767, la producción de
aguardiente, que provenía en buena medida de la región de Pisco, representaba
el 90 por ciento de la producción vitivinícola total durante el siglo
dieciocho.
Renacimiento del pisco
El Perú fue un país donde la gente se ufanó alguna vez de beber
whisky y cerveza. La cultura del pisco desapareció y fue relegada durante
décadas. Algún sociólogo tendrá que escribir algún día sobre ello. Como consecuencia
de conflictos constantes, el nivel de
producción del pisco fue disminuyendo durante el siglo XX, hasta llegar a las
11.500 hectáreas cultivadas en 2002. Las razones fueron la falta de incentivos
y substitución de cultivos por otros más rentables a corto plazo. A principios
de 2003 el Gobierno peruano decidió promocionar el incremento de las áreas de
cultivo y su exportación, dictando medidas especiales para cumplir este
objetivo.
La base legal existía. En 1964, la Ley Nº 15.222, estableció que
El Poder Ejecutivo, debía fijar las “condiciones a las que deberán sujetarse la
elaboración de aguardientes de uva para que sus fabricantes puedan tener
derecho a usar la denominación “Pisco”, aisladamente o seguida de la respectiva
marca específica, con indicación expresa del lugar de elaboración”. Casi tres
décadas después, en 1990, el término “Pisco” fue declarado como denominación de
origen peruana. Lo que siguió fue una campaña con mucha fuerza para retomar una
tradición de producción y consumo que se
había perdido un siglo atrás.
Hoy en día, el pisco es nuestra bebida de bandera y además un
producto de exportación no tradicional muy importante. Falta aún mucho por
hacer, pero lo más importante ha sido trazado: consumir una de las bebidas más
puras del mundo porque no contiene agua a diferencia de otros productos
similares y que además, es una de las más versátiles para la coctelería.
Fuente información: http://museodelpisco.org/espanol/todo-sobre-el-pisco
Peru is the result of the mix of
biodiversity and multiculturalism that dates back to the arrival of Europeans
to America, and perhaps much earlier.
The grapes reach Peru
Pisco history dates back to the arrival of
the Spanish conquistadors in 1532, a land ruled by the Incas. Thirsting for
greed, the invaders came in search of "El Dorado", a mythical place
where abounded
gold is not without facing misery, fighting
bloody battles and dodge arrows and clubs. In this process, the colonizers
brought European products that made them the most family life, among them:
cattle, olive oil and vine.
Once founded Lima in 1535, the first
churches were built the new colony. These required of consecrated wine for
religious services, in addition to cement evangelization. The wine brought by
the conquerors was scarce and jealously treasured as to give it all to the holy
church it is for this reason that began to cultivate vineyards in the conquered
land.
Historians agree that the first grapes
brought them the Marquis Francisco de Caravantes in 1553, most likely from the
Canary Islands in the Atlantic Ocean off the northwestern coast of Africa.
However, there is a heated debate on where wine production originated in Peru,
but it is clear that in 1563 the cultivation of vineyards began in the sunny
lands of the valley of Ica, with the intention of producing their own wines.
Over the years, the adaptation of the vine to the local climate and experimentation
in winemaking, resulted in the Viceroyalty of Peru became the main wine
producer across the continent during the sixteenth and seventeenth centuries.
Origin of pisco
It is not clear where was the first place
that came grape brandy in Peru, but in 1572, Alvaro De Ponce founded the town
of Santa Maria Magdalena in the valley of Pisco, which over time simply Pisco
would be called and be the more important for marketing and export of that
spirit that would bear his name instead.
However, the origin of the word
"pisco" comes from the Quechua. The Spanish chronicler Pedro Cieza de
León tells in his General Chronicle of Peru a century before the arrival of the
first strains South American lands, Chuquimanco, prehispanic cacique and lord
of the land south of Lima, called pishqus birds he saw flying during the sunset
by the sea. "Pisco is the name of birds" concluded the writer.
According to the historian Lorenzo Huertas
Peruvian brandy production began in the late sixteenth century, once distilled
grape musts and become spirits, it was stored in clay jars called
"pisco". Johnny Schuler manage La Caravedo that produces recently
awarded Pisco Portón says, "there was talk of 20 or 100 pisco brandy pisco
brandy (using italics) that eventually were called simply pisco". On the
other hand, Francisco de Caravantes (probably son of the Marquis), would have
been the first to identify the brandy with the people of Pisco. In a 1630
document he says, "the valley of Pisco, remains the most abundant of fine wines
from around Peru. From there one that competes with our Jerez, the so-called
'brandy Pisco', by drawn from the small grape, is one of the most exquisite
liquors drunk in the world. "Then this shows that pisco like many from his
origins.
Expansion of pisco
The history of pisco is full of triumphs,
excesses and falls. In a few decades the pisco became the preferred by the
crowds, besides being a valuable exchange liquor. Around 1580 Sir Francis
Drake, the famous navigator and English explorer who also trafficked slaves in
the name of His Majesty, entered the port of Pisco and demanded a ransom for
the prisoners took, villagers completed the rescue pay him 300 jars of pisco.
Local production of wine and pisco reached
levels of scale thanks to the Jesuits that produced in Lima, Arequipa, Cusco,
Ayacucho and Potosí in Upper Peru (now Bolivia). By the seventeenth century,
the marketing of wine and pisco expanded rapidly and was taken beyond the
limits of the Spanish empire that was made by marketing the port of Pisco.
The Spanish Crown wanted to ban the
production and trade of pisco and wines in Peru, but that did not stop the
development of an intense wine activity, mainly in the village of Ica, which
generated an important marine movement in the Pacific Ocean during the
seventeenth and eighteenth centuries. Paradoxically since 1670, the valleys of
Ica and Pisco grape brandy produced mainly in "jars of Pisco". The
Argentine researcher Paul Lacoste states that by 1767, production of brandy,
which came largely from the region of Pisco, represented 90 percent of total
wine production during the eighteenth century.
Renaissance pisco
Peru was a country where people once
boasted drinking whiskey and beer. Pisco culture disappeared and was relegated
for decades. A sociologist will have to write about it someday. As a result of
constant conflict, the level of pisco production was decreasing during the
twentieth century, reaching 11,500 hectares in 2002. The reasons were the lack
of incentives and substitution of crops more profitable in the short term. In
early 2003 the Peruvian Government decided to promote the increase of crop
areas and export, dictating special measures to meet this objective.
The legal basis existed. In 1964, Law No.
15,222 Law, established that the Executive Branch must set the "conditions
that must be subject making grape spirits for their manufacturers may be
entitled to use the name" Pisco ", alone or followed by respective
specific brand, expressly indicating the place of preparation. " Nearly
three decades later, in 1990, the term "Pisco" was declared as an
appellation of Peruvian origin. What followed was a campaign very hard to
resume a tradition of production and consumption that had lost a century ago.
Today, the pisco is our national drink and
also a product of very important non-traditional exports. Much remains to be
done, but the most important has been drawn: consume one of the purest
beverages in the world because it contains water unlike other similar products
which also is one of the most versatile for cocktails.
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